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Women in soccer

Women are getting closer to their goal: gender equity. Soccer doesn’t escape this reality. Society has changed and roles too; the institutionalization of the masculine and the feminine is part of a past, still to be overcome but female participation in soccer has increased significantly.

The feminine presence in all areas is fundamental because it constitutes a different point of view from the men’s and in the differences there is enrichment.

Women are on the fields. They frequent them, visit them, explore them. The latest data from FIFA indicate that around 30 million women and girls in the world practice soccer on a regular basis, whether amateur or professional.

Women are also present behind the fences, in the stands, dressed in the color of their teams, in a gallery that is often a space full of machism.

Today, 211 federations are incorporated into FIFA and 168 of them have a women’s branch. Thus, the current challenge is the professionalization of sport more than development.

The evidence shows that a professional league allows the formation of a winning team. For example, the United States has the highest number of world titles and also a very strong national league.

What is this about? A fundamental part is the work that is done in schools, where the practice of soccer is greatly encouraged and this sport is shown to girls as a place where they can have a good time and compete in a healthy way.

But for many specialist, what benefited the progress of women’s soccer in the United States was the ‘Title IX’ law approved in 1972. Mainly, this regulation prohibits in all areas, including sports, gender discrimination in schools and colleges that receive money from public funds; so, many girls became interested in soccer

In 2016, the Mexican Football Federation launched an ambitious project: the first professional women’s league in the country. Sources close to the institution indicated that it was only a pilot project, with the fear of failure.

And the bomb exploded. Women’s division fascinated in their first tournament. Assistance in the first half of the competition, including the elimination phase, was surprising. More than three million fans came to see the players. The League went from games on the Internet and Facebook to more stable spaces, at least on pay television.

Worldwide, women’s soccer is here, has settled and does not intend to move. The road has been difficult and will continue to be in the future, but the facts invite to optimism: more funding will come, more possibilities for growth and more opportunities for all young footballers.

Why not thinking, in the future, that the stars of women’s sport will be at the same level as those of men’s sport in recognition and historical projection? They have already shown that matches and championships can be as exciting as the men’s. Therefore, there should not be any difference between men’s and women’s soccer. Women deserve this.

Las mujeres en el fútbol

Las mujeres se van acercando a su objetivo: la equidad de género. El fútbol no se escapa de esta realidad. La sociedad ha cambiado y los roles también; la institucionalización de lo masculino y lo femenino forma parte de un pasado, aún por superar; la participación femenina en el fútbol se ha incrementado significativamente.

La presencia femenina en todos los ámbitos es fundamental porque constituye un punto de vista diferente al del hombre y en las diferencias está el enriquecimiento.

Las mujeres están en las canchas. Las frecuentan, las visitan, las exploran. Los últimos datos de la FIFA indican que alrededor de 30 millones de mujeres y niñas en el mundo practican fútbol de forma regular, ya sea amateur o profesional.

Las mujeres también están presentes detrás del alambrado, en las gradas hinchado por sus colores, en una galería que muchas veces es un espacio lleno de machismo. Las fanáticas de los distintos equipos se han ganado su espacio a punta de constancia, incondicionalidad y aguante.

Hoy, 211 federaciones están incorporadas a la FIFA y 168 de ellas cuentan con una rama femenil. Así, el reto actual es la profesionalización del deporte más que el desarrollo.

La evidencia muestra que una liga profesional permite la formación de una selección ganadora. Por ejemplo, Estados Unidos cuenta con el mayor número de títulos mundiales y también con una liga nacional muy fuerte.

¿A qué se debe esto? Una parte fundamental es el trabajo que se realiza en los colegios, dónde se fomenta mucho la práctica del fútbol y se les muestra a las chicas como un deporte dónde pueden pasar un buen rato y competir de manera sana.

Pero para muchos lo que benefició el progreso del fútbol femenino en los Estados Unidos fue la ley ‘Title IX’ que entró en vigor en el país en 1972. Principalmente esta normativa prohibía en todos los ámbitos, incluido el deporte, la discriminación por género en las escuelas y universidades que recibían dinero de los fondos públicos, por lo que muchas chicas se interesaron por el fútbol.

En 2016, la Federación Mexicana de Fútbol echó en marcha un proyecto ambicioso: la primera Liga profesional femenil. Fuentes cercanas a la institución señalaban que se trataba solo de un proyecto piloto, con el miedo al fracaso.

Y la bomba estalló. La división de mujeres fascinó en su primer torneo. La asistencia en el primer semestre de competición, incluida la fase de eliminación, fue sorprendente. Acudieron más de tres millones de aficionados a ver a las futbolistas. La Liga pasó de juegos por Internet y Facebook a espacios más estables, al menos, en televisión de paga.

El fútbol femenil a nivel mundial está aquí, se ha asentado y no piensa moverse. El camino ha sido difícil y lo seguirá siendo en el futuro, pero los datos invitan al optimismo: llegará más financiación, más posibilidades de crecimiento y más oportunidades para todas las jóvenes futbolistas.

¿Por qué no pensar, en un futuro, que las estrellas del deporte femenino estén a la misma altura que las del deporte masculino en reconocimiento y proyección histórica? Si algo han demostrado ya los enfrentamientos y los campeonatos entre mujeres es que los partidos pueden ser tan emocionantes como los masculinos. Por ende, no debería de haber ninguna clase de diferencia entre el fútbol varonil y el femenil. Ojalá que pronto, las jugadoras sean igual de famosas y ganen lo mismo que los hombres. Se lo merecen desde siempre.

¡No a la violencia en el fútbol!

El fútbol es un deporte de contacto y muy pasional. Pero estos no deben de ser sinónimos de juego violento jamás, ni en la cancha ni en la tribuna. El mejor fútbol se juega con lealtad y con total respeto hacia el rival.

Por desgracia, la violencia en el fútbol no es un hecho aislado y sí un patrón común que se ha ido desarrollando con el tiempo. La violencia en el fútbol se origina en la propia sociedad y su comportamiento; una sociedad que se expresa en las gradas con frustración, enfados y agresividad que acumulan en su vida cotidiana y que en ningún otro espacio público se permite, pues con toda lógica correrían peligro de ser expulsados del recinto.

Preocupa saber que el fútbol representa el lugar dónde muchas personas dan rienda suelta a sus bajas pasiones, incluso frente a la televisión: insultando al árbitro, odiando a los seguidores del equipo rival, creyéndose que saben más que el propio entrenador, gritando, enojándose…

¿Qué es lo que les pasa a algunos aficionados con el fútbol? ¿Por qué aflora ahí la violencia más que en otros ámbitos?

El anonimato y el apoyo del grupo en el que nos encontramos en las tribunas proporciona un respaldo para sacar estas conductas agresivas. El encontrarnos arropados hace que la culpa y la responsabilidad de esos insultos e incluso agresiones (botellas u objetos lanzados al campo) se dividan en partes iguales. Nos sentimos respaldados por nuestros compañeros.

Pero pensemos en los niños. ¿Qué les queda a ellos de todo esto? Un muy mal ejemplo. Vale recordar que los adultos somos su espejo y tarde o temprano terminarán imitando nuestros comportamientos.

Los padres jugamos un papel importante en el deporte de nuestros hijos. Nuestro papel es fundamental durante la celebración de estos partidos. De nuestro comportamiento aprenderán muchas lecciones. Que sean buenas o malas depende de nosotros.

Los partidos deben ser una fiesta. Tenemos que animar a nuestros chicos de una manera correcta. Durante los juegos es importante comportarse con educación.

La violencia no lleva a nada. En la cancha, no eres mejor jugador si pateas más, no muestras más liderazgo si le gritas al árbitro en cada jugada dividida, no eres más rudo ni más intimidante si te la pasas insultando a los del otro equipo.

En la tribuna pasa lo mismo. Dejemos de confundir pasión con violencia. Ir al estadio a apoyar al equipo es una experiencia inolvidable que se puede hacer con total respeto hacia uno y hacia los demás.

El juego no finaliza con la eventual victoria o derrota de los adversarios, sino con la camaradería y la diversión en un grupo sin distinciones entre quienes, durante el partido, habían sido rivales.

El fútbol debe ser implacable contra la agresividad. Dentro y fuera de la cancha. El fútbol no es una guerra. Sino lo contrario. El fútbol debe de ayudarnos a detenerlas.

Say no to violence in soccer

Soccer is a contact and a very passionate sport. But these should not be synonyms of violent play ever, neither on the field nor on the stands. Best soccer is played with loyalty and with total respect towards the opponent.

Unfortunately, violence in soccer is not an isolated event but a common pattern that has developed over time. Violence in soccer originates in society itself and its behavior; a society that expresses itself in the stands with frustration, anger and aggressiveness that accumulate in their daily lives and that in no other public space is allowed, because with all logic they would be in danger of being expelled from the premises.

It worries to know that soccer represents the place where many people give free rein to their low passions, even in front of the television: insulting the referee, hating the rival team’s followers, believing that they know more than the coach himself, shouting, getting angry…

What happens to some fans with soccer? Why does violence emerge there more than in other areas?

The anonymity and support of the group in which they find themselves in the stands provides support for these aggressive behaviors. Finding themselves in the same place makes the blame and responsibility of those insults and even aggressions (bottles or objects thrown in the field) be divided equally. We feel supported by our colleagues.

But let’s think about the children. What is left of them from all this? A very bad example. It is worth remembering that adults are his mirror and sooner or later they will end up imitating their behaviors.

Parents play an important role in the practice of any sport by their children. Their role is fundamental during the celebration of the games. From their behavior they will learn many lessons. Whether they are good or bad depends on them.

The parties must be a party. We have to encourage our kids in a correct way. During games it is important to behave with education.

Violence does not lead to anything. On the court, you are not a better player if you kick more, you do not show more leadership if you shout at the referee in each divided play, you are no more rude or more intimidating if you pass it insulting to the other team.

The same thing happens in the tribune. Let’s stop confusing passion with violence. Going to the stadium to support the team is an unforgettable experience that can be done with total respect towards one and towards others.

The game does not end with the eventual victory or defeat of the opponents, but with the camaraderie and fun in a group without distinctions between those who, during the match, had been rivals.

Football must be relentless against aggression. On and off the court. Soccer is not a war. But the opposite. Football must help us stop them.

Why is it pointless to argue with the referees?

The referee is the highest authority within the field of play and, although we often disagree with him, we must accept his decisions and parents must teach their children to respect this figure.

The first ones who should set the example after the coaches are the parents. If we only preach with words and not with the example, the children are hardly going to do it. For more errors committed by judges, they do not deserve to be insulted by anyone, much less suffer any type of aggression.

At an amateur level, referees, like children, are starting their careers and they make mistakes. That’s why parents should explain to their children that they should be understanding and try to help them as much as possible.

Rules are part of the game, and without them and a person who gives them, soccer would not be possible. Parents should teach their children that things sometimes do not go as they want, but you have to get up in the face of adversity and try again.

This respect to authority, to established norms, to overcome adversity will also serve children for daily life, whether at school, in any type of association, and later in working life.

Let’s talk about the field. Discussing with the referee can physically and mentally get you out of the game. Players who are talking to the referee in an active way are not paying full attention to the game.

If they are placed on the field so that the referee can hear them, they are not thinking about their position in relation to the game that is taking place.

If the player is devoting his effort to speaking with the referee, he cannot communicate effectively with his teammates.

As a coach you have to teach young players that you have to concentrate on the game, its situation and the opportunities it presents. We must motivate the boys to always play until the whistle blows. If they fall, even if they think they have been fouled, they must recover quickly to continue playing.

It is true that on many occasions a referee can make an erroneous decision that can be fundamental for the outcome of a match, but these do not cease to be errors that happen and that are human.

Referees are on the same level as us and therefore they are learning and improving as we do ourselves every time we jump to a field.

At an amateur level, we play to become better every day. The referees also; learning and accepting the mistakes of others is an important lesson that soccer offers us and that will serve us for a lifetime.

¿Por qué no es recomendable discutir con los árbitros?

El árbitro es la máxima autoridad dentro del terreno de juego y, aunque en muchas ocasiones no estemos de acuerdo con él, debemos de aceptar sus decisiones y los padres deben enseñar a sus hijos a respetar esta figura.

Los primeros que deben dar el ejemplo después de los entrenadores son los padres. Si sólo predicamos con palabras y no con el ejemplo, difícilmente los niños van a hacerlo. Por más errores que cometan los jueces, no merecen que nadie les insulte y mucho menos que sufran cualquier tipo de agresión.

A nivel amateur, los árbitros, como los niños, están empezando y cometen errores. Por eso los padres deben explicar a sus hijos que deben ser compresivos y tratar de ayudarlos lo máximo posible.

Las normas forman parte del juego, y sin ellas y un individuo que las imparta, no sería posible el fútbol. Los padres deben enseñar a sus hijos a que las cosas a veces no salen como ellos quieren. Pero que hay que levantarse ante las adversidades y volver a intentarlo.

Este respeto a la autoridad, a las normas establecidas, a superar las adversidades también les servirá a los niños para la vida diaria, ya sea en la escuela, en cualquier tipo de asociación, y más adelante en la vida laboral.

Hablemos de la cancha. Discutir con el árbitro puede sacarte física y mentalmente del partido. Los jugadores que están hablado con el árbitro de una forma activa no están prestando toda su atención al juego. Si están colocados en el terreno de juego para que el árbitro pueda escuchar su opinión, no están pensando en su posición en relación con el juego que se está desarrollando en el campo.

Si el jugador está dedicando su esfuerzo a hablar con el árbitro, no puede comunicarse de manera efectiva con sus compañeros de equipo.

Como entrenador hay que enseñar a los jóvenes jugadores que en los partidos hay que concentrarse en el juego, su situación y las oportunidades que este presenta. Debemos motivar a los chicos a jugar siempre hasta que suene el silbato. Si caen, aunque crean que ha sido falta, deben recuperarse rápidamente para seguir jugando.

Es cierto que en muchas ocasiones un árbitro puede tomar una decisión errónea que puede ser fundamental para el resultado de un partido, pero estos no dejan de ser errores que suceden y que son humanos.

Los árbitros están en un mismo nivel que nosotros y por lo tanto están aprendiendo y mejorando como nosotros mismos lo hacemos cada vez que saltamos a un terreno de juego.

A nivel amateur, jugamos para volvernos cada día mejores. Los árbitros también. Aprender y aceptar los errores de los demás es una lección importante que nos ofrece el fútbol y que nos va a servir para toda la vida.

How soccer unites families

Soccer is nothing more than a representation of society: joys and sorrows. It is, yes, a special representation. Soccer exalts the sense of belonging and community.

Happiness is always cause for celebration. Life, with its flavors and disappointments, continues. Soccer has the ability to unite that has no other human activity.

Throughout its history, this sport has become an auspicious space for the families to meet and be around the passion that this awakens in the hearts of millions of people around the world.

What moments do you have to share with your family? How much time do you have to spend with your dad, your mom, your siblings or your kids? Undoubtedly there are many spaces that we can take advantage of to live with all of them, from the most mundane, such as a lunch or a dinner, to other extraordinary ones such as a soccer match expected by all.

In the midst of a society with an accelerated pace of life, where people spend almost all their time working or studying, having spaces to share a common passion in a healthy way is fundamental for the life of each person and it is precisely that one of the great contributions that soccer can give us.

This reality leads many parents to accompany their children to play at school or in a club since they are very young, thus generating a moment where they can be accompanied, encouraged, cared for and mutually express the love they have.

Who better than dad or mom to comfort up a child frustrated by defeat? What better than to be able to share the joy and pride of a goal or victory with your children or brothers? Soccer generates all these and many other experiences that make life richer and more entertaining.

The essence of soccer is to generate bonds, joys, sharing, meeting and providing a healthy and sporting competition, which is a wealth for the culture in general, and as we have seen in a particular way it is for the family reality.

My parents divorced when I was 7 years old and my dad found himself in the predicament of entertaining his son on Sundays. There were not always children’s movies in the cinema and the third time we visited the zoo, we got tired of seeing the same lions bored to death. Soccer appeared as the perfect solution. We went to the Pumas stadium in Mexico City and I, already fascinated by this sport, asked him to also go to the ‘Estadio Azul’ on Saturdays.

For years, we shared games in the rain and sunned ourselves on boring days. I have few memories of my father in a house, I have many in a stadium.

The most surprising thing about this story is that it made me think that I had a soccer fanatic father. It was not like that. As soon as I could go on my own to the stadiums, he left the game. He had faked his passion to improve mine. Today I appreciate it. He gave me one of the great loves of my life in soccer.

Cómo el fútbol une a las familias

El fútbol no es más que una representación de la sociedad: alegrías y tristezas. Es, eso sí, una representación especial. El fútbol exalta el sentido de pertenencia y de comunidad.

La felicidad, por colectiva que sea, es motivo de celebración. La vida, con sus sabores y sinsabores, sigue. El fútbol tiene la capacidad de unir que no tiene ninguna otra actividad humana.

A lo largo de su historia, este deporte se ha convertido en un espacio propicio para que la familia pueda reunirse y encontrarse en torno a la pasión que éste despierta en los corazones de millones de personas alrededor del mundo.

¿Qué momentos tienes para compartir con tu familia? ¿Cuánto tiempo tienes para estar con tu papá, tu mamá, tus hermanos o tus hijos? Sin lugar a dudas existen muchos espacios que podemos aprovechar para convivir con todos ellos, desde los más cotidianos como lo es un almuerzo o una cena, hasta otros extraordinarios como lo puede ser un partido de fútbol esperado por todos.

En medio de una sociedad con un ritmo de vida acelerado, dónde las personas pasan casi todo su tiempo trabajando o estudiando, tener espacios para compartir de forma sana una pasión en común es fundamental para la vida de cada persona y es justamente ese uno de los grandes aportes que puede darnos el fútbol.

Esta realidad lleva a que muchos padres y madres acompañen a sus hijos a jugar en la escuela o en algún club desde que son pequeños, generando así un momento dónde pueden acompañarse, alentarse, cuidarse y expresarse mutuamente el cariño que se tienen.

¿Quién mejor que papá o mamá para arropar a un niño frustrado por la derrota? ¿Qué mejor que poder compartir la alegría y orgullo de un gol o una victoria con tus hijos o hermanos? El fútbol genera todas estas y muchas otras experiencias que hacen que la vida sea más rica y entretenida.

La esencia del fútbol es la de generar vínculos, alegrías, compartir, encuentro y una sana y deportiva competencia, que es una riqueza para la cultura en general, y como hemos visto de forma particular lo es para la realidad familiar.

Mis padres se divorciaron cuando yo tenía 7 años y mi papá se encontró con el predicamento de entretener a su hijo los domingos. No siempre había películas infantiles en el cine y a la tercera visita al zoológico los leones nos contagiaban sus bostezos. El fútbol apareció como la solución perfecta. Íbamos al estadio de los Pumas en la Ciudad de México y yo ya fascinado, le pedía ir también los sábados al Estadio Azul.

Durante años, compartimos partidos bajo la lluvia y nos insolamos en días aburridos. Tengo pocos recuerdos de mi padre en una casa, tengo muchos en un estadio.

Lo más sorprendente de esta historia es que me hizo pensar que tenía un padre fanático del fútbol. No era así. En cuanto pude ir por mi cuenta a los estadios, se apartó del juego. Había fingido su pasión para mejorar la mía. Hoy se lo agradezco. Me regaló en el fútbol uno de los grandes amores de mi vida.

Fair play in soccer

Since we have memory, we have heard mention of fair play in soccer and we have always associated it with respect and evidently, fair play on and off the courts.

Fair play is as necessary in soccer as it is in life. However, this concept goes beyond mere respect or compliance with the rules.

The main objective of the promotion of fair play is to recover the feeling of playing as a naturally satisfying and generally pleasant, honest and fun activity.

We should always play for the love of having fun and nothing else. If we win, good! If we lose, there will always be another chance.

If you want your child to practice soccer, it is important that you teach him/her what is the respect to the opponent and you yourself, as a father or mother, give him an example with your behavior.

Show your child that victory loses its value if it is not conquered in an honest way: cheating is easy, but it does not bring the satisfaction of winning by the true merits. In addition, fair play has a reward even if you do not win: you earn the respect of others, while the one who wins by cheating loses credibility before everyone.

We must play to win even when we believe we do not have opportunities: self-improvement is always necessary. Now, sometimes you win and sometimes you lose, and you have to accept it and learn to lose with a smile.

Let’s teach our kids to abide by the rules. All sports need these to guide us, so you have to understand them to better understand the game and, therefore, be better players.

Fair play is the heart of soccer and, for that reason, FIFA strives to preserve it. The demonstration has been carried out in different ways, from the raising of FIFA’s fair play flags on the fields, to the showing of videos on this subject on the giant screens of the stadiums, or the direct dissemination of the message in charge of the captains of the teams before starting the matches.

In Germany they have implemented the Fair Play Cup as a way to encourage the culture of fair play in young people. This tournament works with a scoring system, valid for the 200 teams that participate in the different categories.

The points are assigned during the conversations in the locker rooms of players, coaches and referees, according to a set of rules.

During the matches, not only the actions on the field are analyzed, but also the treatment between players and even the behavior of the spectators is evaluated. Additionally, each team must also evaluate the general impression it has of its adversary.

More recently we saw what happened at the World Cup in Russia between Japan and Senegal. At the time of defining the second place of group H, the Japanese and the Senegalese were tied in absolutely everything: points, goals in favor, goals against. What gave Japan the second place over Africans? Fair play. The Japanese had fewer yellow and red cards on the three group matches and thus qualified for the second round over Senegal,
that was a more undisciplined team.

Fair play always benefits the two opposing teams. It is such a basic idea that, without it, all competitions would degenerate into total chaos. Bearing this in mind, each soccer player should pass that message, on and off the field.

There is no doubt that soccer is a magnificent game, but to be truly beautiful, it must be played in an atmosphere of cordiality. And there, fair play is essential.

Jugar limpio al fútbol

Desde que tenemos memoria, hemos oído mencionar el fair play en el fútbol y lo hemos asociado siempre con el respeto y juego limpio dentro y fuera de las canchas.

El juego limpio es tan necesario en el fútbol como en la vida. Sin embargo, este concepto va más allá del mero respeto o cumplimiento de las normas.

La promoción del juego limpio tiene como objetivo primordial recuperar el sentimiento de jugar como una actividad naturalmente satisfactoria y generalmente agradable, honesta y divertida.

Debemos siempre jugar por el amor a divertirnos y nada más. Si ganamos, ¡qué bien! Si perdemos, siempre habrá otra oportunidad.

Si quieres que tu hijo practique fútbol, es importante que le enseñes qué es el respeto al adversario y tú mismo, como padre o madre, le des ejemplo con tu comportamiento.

Muestra a tu hijo que la victoria pierde su valor si no se conquista de forma honesta y justa: engañar es fácil, pero no aporta la satisfacción de ganar por los verdaderos méritos. Además, el juego limpio tiene recompensa aunque no se gane: te ganas el respeto de los demás. Mientras que el que gana con trampa, pierde credibilidad ante todos.

Se debe jugar para ganar incluso cuando creemos que no tenemos oportunidades: la auto superación siempre es necesaria. Ahora bien, a veces se gana y a veces se pierde, y hay que aceptarlo y aprender a perder con una sonrisa.

Enseñemos a nuestros chicos a acatar las reglas. Todos los deportes necesitan de estas para que nos guíen, por lo que hay que entenderlas para comprender mejor el juego y, por tanto, ser mejores jugadores.

El juego limpio es el corazón del fútbol y, por esa razón, la FIFA se esfuerza en preservarlo. La encomienda se ha llevado a cabo de diferentes formas, desde el izamiento de banderas de juego limpio de la FIFA en los estadios, hasta la difusión de vídeos sobre este tema en las pantallas gigantes de los estadios, o la divulgación directa del mensaje a cargo de los capitanes de los equipos ante los seguidores antes de empezar los partidos.

En Alemania han implementado la Copa Fair Play como una manera de incentivar la cultura del juego limpio en los jóvenes. Este torneo funciona con un sistema de puntaje, válido para los 200 equipos que participan en las diferentes categorías.

Los puntos son asignados durante las conversaciones en los vestuarios de jugadores, entrenadores y árbitros, con arreglo a un grupo de normas.

Durante los partidos no se analizan solamente las acciones en el terreno, sino que también se evalúa el trato entre jugadores e incluso la conducta de los espectadores. Adicionalmente, cada equipo debe evaluar también la impresión general que tiene de su adversario.

Más recientemente vimos lo que pasó en la Copa del Mundo de Rusia entre Japón y Senegal. A la hora de definir al segundo lugar del grupo H, el conjunto nipón y el senegalés se encontraban empatados en absolutamente todo: puntos, goles a favor, goles en contra. ¿Qué le dio a Japón el segundo lugar sobre los africanos? El fair play. Los japoneses tuvieron menos amonestaciones a lo largo de los tres partidos de la fase de grupos y por ende, obtuvieron la calificación a la segunda fase sobre el conjunto de Senegal.

El juego limpio beneficia siempre a los dos equipos enfrentados. Es una idea tan básica que, sin ella, todas las competiciones degenerarían en un caos total. Teniendo esto en mente, cada protagonista del fútbol debería pasar ese mensaje, dentro y fuera del campo.

No hay ninguna duda de que el fútbol es un juego magnífico, pero para ser verdaderamente bello, debe jugarse en un ambiente de cordialidad. Y ahí el juego limpio es imprescindible.