Una cosa es ser un buen jugador en equipo, pero otra muy distinta es ser un buen capitán. Pocos tendrán la oportunidad de tener un rol de liderazgo tan importante. Si eres lo suficientemente afortunado como para convertirte en capitán de tu equipo de fútbol, tendrás que ser un líder para tus compañeros tanto dentro como fuera de la cancha.
La parte más importante de ser un capitán es liderar con el ejemplo. Debido a que eres el capitán, tus compañeros te respetarán y seguirán. Independientemente de la situación, tus compañeros tienen que verte trabajar lo más duro posible para ganar el partido.
Algunas formas de mostrar tu esfuerzo incluyen nunca rendirte en una jugada. Esto es especialmente importante si van perdiendo durante un partido. No dejes que la situación determine tu esfuerzo. Hazles saber a tus compañeros que siempre darás tu mejor esfuerzo incluso si no ganas el partido.
En la cancha, debes demostrar un buen espíritu deportivo y tratar a tus oponentes con respeto. Después de que el partido haya terminado, asegúrate también de estrecharles la mano.
No sólo se debe de tratar con respeto a los rivales sino también a la autoridad. De hecho, en muchos deportes, los capitanes son los únicos jugadores a los que se les permite hablar con los árbitros. Recuerda que el árbitro está a cargo en la cancha y no puedes dejar que sus decisiones afecten tu juego.
Sin embargo, no tengas miedo de discutir las decisiones con los árbitros. Solo recuerda hacerlo respetuosamente. Preguntar por qué algo fue o no una falta y explicar por qué crees lo contrario es mucho mejor que tratar de argumentar que el árbitro se equivocó.
Muchas veces a los inicios de los partidos de fútbol, los árbitros comparten determinadas reglas con los capitanes de las que los jugadores deben ser conscientes. Asegúrate de compartir estas reglas con tus compañeros de equipo y entrenadores para que todos tengan una idea de cómo los oficiales planean juzgar el partido.
Otra parte importante de liderar con el ejemplo es hacerles saber a tus compañeros que es importante admitir tus errores. No pongas excusas cuando las cosas salgan mal. Si no estás dispuesto a aceptar la responsabilidad, tus compañeros no tendrán ninguna razón para hacer lo mismo. Es importante animar siempre a los demás después de que cometan un error y hacerles saber que las cosas saldrán bien.
El lenguaje corporal importa. No hagas cosas como encogerte de hombros o lanzar tus brazos al aire si un compañero comete un error. Incluso sin decir nada, este tipo de gestos comunica sentimientos negativos y envía un mal mensaje a tus compañeros.
Como líder, querrás que tus compañeros sepan que pueden hablar contigo sobre el equipo, su desempeño y cómo va la temporada. Invita también a tus compañeros a hablar entre ellos. La buena comunicación en un deporte de conjunto lleva al éxito.
Como capitán, sabes que el entrenamiento es tan importante como el partido. Tal como en los partidos, tienes que estar dispuesto a trabajar duro para mostrarles a tus compañeros lo que es importante.
Si bien el entrenador está a cargo del equipo, no puede estar en todas partes a la vez y es probable que necesite tu ayuda. Si notas que alguien necesita ayuda, ofrécela en lugar de esperar a que el entrenador se dé cuenta. Si es momento de que empiece el entrenamiento y tu entrenador está haciendo otra cosa, organiza estiramientos o un ejercicio para asegurarte de que hagan algo productivo.
Existen muchos tipos de liderazgo. Ser capitán no es gritar por gritar. Veamos por ejemplo el caso de Lionel Messi en la Selección argentina. Messi es un líder silencioso. Messi no grita, pero pide la pelota. Es el mismo caso de Andrés Iniesta. Dos futbolistas que no gritan ni buscan ser protagonistas sin la pelota, sino que juegan, hacen genialidades, y desde allí, tratan de conducir a sus equipos hacia los objetivos.
Créanme, los buenos capitanes no nacen; ser un buen líder, como cualquier otro aspecto del deporte, toma tiempo y práctica. Si te han elegido o te sientes listo para tomar este rol dentro de tu equipo, felicidades, ahora tienes más una responsabilidad que un privilegio. Hazlo con honor y disfruta del viaje.